Hemos pasado las últimas décadas
soportando proselitismo político que ha aprovechado y agudizado las
diferencias de clases para crear luchas ficticias e innecesarias y,
de esas guerras entre pueblo hermano, obtener rédito electoral.
Actualmente todo parece ser un
conflicto. Patrono contra trabajadores. Pobres contra ricos. Mujeres
contra hombres. GLBTI contra heterosexuales. Consumidores de
marihuana contra dogmáticos religiosos. Burócratas contra
independientes. Todos contra todos.
Naturalmente, en las guerras nacen
los héroes. Pero debemos tener claro que las guerras simuladas traen
héroes simulados.
Acuso que, en nuestra sociedad
actual, existen todavía falsos arengadores, sembradores de tormentas
que se entretienen fabricando problemas inexistentes para, luego, y
tras no poco engaño, hacerse aparecer a sí mismos como los únicos
salvadores. Mientras tanto, los torpes seguidores se quedan con los
problemas que el falso mesías les endilgó (porque obviamente no va
a solucionar los problemas, sino deja de ser indispensable) y sin que
nadie sepa cómo, resulta que además se le debe favores, gratitudes
y hasta honorarios.
Hay que tener cuidado en año
electorero. Estas temporadas son cuando los chacales visten de
ovejas, los burros usan birrete y los pícaros lucen hábito obispal.
Y, si algo hay en nuestra política
local es chacales, burros y pícaros.
Vecinos, cuídense del chacal,
porque ese perro no solo come ovejas, sino a sus propios congéneres.
De los pícaros huyan, porque esos dejan, nomás, endosando problemas
y luego no hay ni cómo encontrarles. Pero más teman a los burros
porque, bueno, ya ven cómo nos está yendo.
Nuestra situación -la de
Latacunga- es delicada y emergente. No podemos permitirnos el lujo de
volver a elegir en base a pasiones o desafectos. Es verdad, esta vez
elegiremos asambleistas, pero en estas elecciones es dónde
levantarán su perfil los futuros candidatos a supermanes locales.
Cuidado, mucho cuidado, y ojo atento.
Hay que estar muy agudos en este
año electoral por dos principales motivos: porque tras la masa de
alimañas disfrazadas hallaremos a un séquito de zombies anonadados
por las ofertas proselitistas (y, como dijo don Facundo, hay que
tener miedo de los pendejos); y, sobre todo, porque es bastante
posible también que en la mitad de esta fanesca del diablo, se
encuentre alguno que realmente valga la pena y que no llegue muy
lejos por faltan de apoyo.
Un solo consejo voy a dejar hoy: no
se dejen llevar por ofertas ni discursos. Exijan planes reales y
factibles, propuestas legislativas y temas fiscalizables específicos.
Luego, analicen uno a uno a los candidatos en base a las iniciativas
LEGISLATIVAS y de FISCALIZACIÓN (porque solo eso hace la Asamblea,
así que cualquier otra oferta es simplemente falsa) y, viendo bien
quién miente y quien no -que siempre se delatan solos-, elija su
representante.
Estamos en crisis, y estamos muy
mal acostumbrados a salir de ellas no por esfuerzo propio sino por
gestión de héroes o salvadores. Este es el año en que los
anticristos se aprovecharán de nuestras esperanzas y nuestros
anhelos.
Solución: no tenga esperanza en un
tercero sino en usted mismo y póngase a trabajar; no tenga más
anhelo que el de un día bien justificado, llegar a casa cansado por
una jornada aprovechada. Aléjese del dogmatismo político, crea en
usted y no en el candidato.
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