martes, 12 de abril de 2016

Información Pública




Muy a pesar de la política de “no mas pitos” que guardan varios de nuestros administradores, las desgracias siguen sucediendo. La reacción desgraciadamente natural de quienes dicen representarnos es silencio y cuasi complicidad.

Por evitar un “pito”, y hasta donde conozco, la autoridad no ha dicho nada respecto del detenido que habría sido asesinado en el interior de la cárcel y, justamente, en el área de máxima seguridad. Mientras, en las redes sociales se ha dicho que el fallecido sucumbió tras más de media docena de tiros y que, además, ni siquiera tendría sentencia. Mientras no haya una versión oficial, los ciudadanos nos vemos obligados a creer a las redes sociales, que parecen ser el único medio de información que -más o menos- nos informa de algo.

Dejemos una cosa clara: la ciudad nos pertenece, es nuestra casa, y lo que pase en esta casa debe ser informado a los dueños. Ya nos pusieron la cárcel, a contracorriente y con un secretismo ridículo. Lo menos que pueden hacer, ahora, es contarnos la verdad de lo que sucede allí. Esa información es nuestro derecho.

Pero qué derecho podría reclamar un ciudadano de a pie, cuando aquel que elegimos como fiscalizador tiene problemas para acceder a información considerada pública. Y, sino, pregúntenle al Concejal García Moreno, que necesitó de acciones judiciales para obtener información de una empresa pública local.

Es una vergüenza: el Concejal, que es el representando directo de los ciudadanos en el Municipio y que además es fiscalizador, necesita de un juicio para obtener información pública, de una empresa pública, sobre asuntos públicos.

Lo que se evidencia es que nuestra ciudad está a un paso de convertirse en tierra de nadie. Los propios representantes del ciudadano se ven limitados en el ejercicio del control de los bienes que, obviamente, le pertenecen al ciudadano y, por obvia deducción, el mismo ciudadano “de pie” se ve imposibilitado de acceder a información que la Constitución garantiza como accesible de manera directa. Así siendo, pedir que nos informen sobre lo que acontece en la cárcel sería una labor de necios.

Parece ser que los administradores olvidan algo: nosotros, los ciudadanos, somos sus jefes y nos deben información. Así es, no nos hacen ningún favor, NOS LO DEBEN, les es obligatorio mantenernos al tanto de todo lo que sucede con la cosa pública. Y, esta cosa pública, por si lo olvidan, no les pertenece a los administradores: me pertenece a mí, el ciudadano. Yo soy dueño.

La política “no mas pitos” es necesaria para cualquier gobierno que busca perennizarce (y todos los gobiernos buscan eso, en mayor o menor grado); pero evitar el escándalo público no se logra ocultando el error, sino evitando cometerlo y si, se comete, buscando su pronta solución y reparación. Cuando un error necesita ocultarse ya no es error, sino delito; y cuando éste se oculta utilizando el aparato público, no es mantenimiento de la calma social, sino encubrimiento.

La política “no mas pitos” es también saludable para el ciudadano, pues el escándalo degenera en sensación de inseguridad. Pero eso no quiere decir que la información sea ocultada, sino que tenga un tratamiento adecuado.

La verdad debe ser dicha de manera técnica y sin apasionamientos. Alguna prensa amarillista a contribuido de manera innecesaria al aumento de la sensación de inseguridad. En Cotopaxi no hay mucho de esa prensa grotesca, casi nada. Eso debería ser tomado como ventaja para el administrador local, pues puede estar tranquilo sabiendo que los medios locales no exageran las noticias y que, incluso y desafortunadamente, algunos hasta parece que tienen miedo de informar.

De nuestra parte, vecinos recordemos que somos dueños, jefes. Si usted quiere cualquier información, de cualquier entidad y ésta no se encuentra en la página web, pídala y, si no se la dan inmediatamente, acuda a un Juez, que éste seguro hará valer sus derechos.