viernes, 12 de abril de 2019

Lista de pendientes



A punto de estrenar autoridades, y habiendo recibido las más novedosas ofertas de campaña, es adecuado recordarnos – y recordarles – que más allá de la obra física, el reforzamiento de la seguridad y otras ofertas, tenemos una larga lista de pendientes que parecen hacerse olvidado en campaña, pero que no pueden ser dejados de lado a la hora de administrar.

1. Inseguridad.- Aunque la campaña se ha enfocado en un supuesto aumento del crimen, esto no es del todo real. Pero la ciudad sigue siendo insegura en muchos aspectos: la violencia doméstica se mantiene vigente y esto solo se resuelve con políticas públicas de convivencia. La contaminación visual y auditiva es brutal, y la solución solo se depende de una buena ordenanza y un comisario bien parado. Nuestros ríos también están contaminados, y para ello debemos reorganizar nuestros sistemas de manejo de aguas y empezar a sancionar a los contaminadores.

2. Accesibilidad.- Latacunga no es apta para personas con capacidades disminuidas. Hay que mejorar la infraestructura general. También tenemos problemas de accesibilidad al gobierno local: los trámites aún se hacen a la antigua, la información municipal es difícil de acceder y los ciudadanos no somos informados eficientemente de la gestión. Urge incorporar herramientas de gobierno electrónico, reducción de trámites y mejora de los contenidos de la página oficial de la municipalidad y sus redes sociales.

3. Normativa.- Las ordenanzas de nuestra urbe están desordenadas, mal hechas y dejan muchos temas sin tratar. Se requiere una consultoría que informe a los Concejales del estado de la normativa local. En la misma línea, el Concejo debe encargarse de derogar, reformar, crear y codificar un cuerpo normativo sólido que permita reglas claras. Así no solo mejoraremos el sistema en si mismo, sino que seremos más atractivos para la inversión.

4. Tributos.-  Hay muchas tasas y otras imposiciones que se cobran de manera inadecuada o injusta. Una que otra es, incluso, inconstitucional. Deben revisarse los mecanismos de ingreso económico del Municipio, aliviando a los contribuyentes, alentando la inversión privada y permitiendo el desarrollo local en parámetros más competitivos.

5. Producción.- Debemos implementar una política productiva global, que permita el establecimiento de emprendimientos con bajas o nulas cargas impositivas durante sus primeros años. Hay que definir una zona industrial y dotarla de infraestructura. Además urge reestructurar las empresas públicas municipales volviéndolas más eficientes y competitivas en relación a la oferta privada.

6. Turismo.- La mayor tarea de la administración municipal en este punto es la promoción. Conjuntamente se deben iniciar actividades de capacitación a las comunidades indígenas en materia de servicio al cliente, conformación de sociedades y otros temas propios de esta industria. Establecer y promover un circuito turístico que explote las potencialidades de cada parroquia y que convenza al turista de quedarse más de un día en nuestra ciudad.

7. Áreas verdes.- Siendo una de las ciudades con menos espacios verdes por habitante, aún muy por debajo de los estándares recomendados internacionalmente, debemos eliminar la disposición que permite, a los constructores, pagar en efectivo el equivalente al área verde que están obligados a guardar. Si ello no fuere políticamente posible, el Municipio debe organizar un fideicomiso que se encargue de administrar directamente estos fondos, con el único fin de adquirir tierras no productivas y convertirlas en parques y reservas; también de invertir en la recuperación de espacios verdes que ya tenemos pero que no son más que potreros o botaderos.

Y así podemos seguir, posiblemente sin alcanzarnos el espacio de esta página. Posiblemente en siguientes ediciones completemos la lista. Toda recomendación es bienvenida. Solo no olvidemos que una buena administración va más allá de la obra física: debe mejorar nuestro estándar de vida, hacernos sentir más seguros y sobre todo más felices y orgullosos de ser latacungueños.