martes, 27 de noviembre de 2012

A lavarse las manos, en el Cutuchi.


Fragmento tomado de http://www.cotopaxinoticias.com/seccion.aspx?sid=13&nid=9986., con paréntesis y subrayados mios:

Respecto a la necesidad urgente de un nuevo Plan Maestro de Alcantarillado de Latacunga para descontaminar el río Cutuchi, principal afluente del Pastaza, (Rafael Correa) volvió a repetir que esa es una tarea de los municipios y consejos provinciales y que el BEDE (Banco del Estado) puede financiar la obra mediante un préstamo 80% (de subsidio) / 20% (a pagarse por los gobiernos seccionales). Sin embargo, el alcalde Rodrigo Espín hasta la semana anterior reiteró que esa es una responsabilidad del Gobierno Nacional y que no aceptará que el proyecto se financie con un préstamo. El costo es de 70 millones de dólares.
Correa explicó que el 80% de la contaminación de los ríos del país se deben a las aguas servidas, es decir, los desechos particulares de los hogares de las ciudades del país. En ese sentido, deslindó responsabilidades a la Senagua o al Ministerio del Ambiente. "Por supuesto que estamos dispuestos a ayudar, pero especifiquemos las responsabilidades. La ciudadanía debe saber que los municipios o los gobiernos provinciales, en cada caso, son los responsables de la creación de los sistemas de agua potable de sus cantones o provincias, respectivamente. La solución final es el sistema de aguas servidas de Latacunga”, manifestó.”


Sobre esto, pues queda claro que, aunque en río contaminado, nuestro alcalde se lava las manos. Las opciones, conforme el recorte, son dos: o le creemos al alcalde, o le creemos al presidente. Empiezan los peros: pero los dos son del mismo partido; pero ambos, supuestamente, guardan los mismos intereses; pero si supuestamente Correa apoya a Espín.

No estoy haciendo polémica sobre las relaciones de nuestro actual alcalde con el titular del ejecutivo. No. Más allá de las buenas o no tan buenas relaciones políticas que existan, las obras prioritarias deben avanzar. Como siempre hemos dicho: financiamiento, hay, empresas expertas en el tema, hay; mecanismos legales para gestionar lo necesario, hay; voluntad política, no hay.

La obra cuesta 70 millones, y se financia con el BEDE, a quien solo le pagamos el 20%, esto es 14 millones. Recordemos, El Rosal se acaba de vender en 14 millones. Que linda coincidencia: ahora, no hay excusas. La descontaminación del Cutuchi debe ser tomada como un proyecto emergente. A los latacungueños nos urge.

Me pregunto, ¿por qué no declarar, con la misma facilidad que otras payasadas, a nuestro río, como Patrimonio de la Ciudad?

Ahora entiendo por qué el Cutuchi está tan sucio: por todos los que, allí, se lavan las manos.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Ciudad Romántica, en tiempos de globalización




Ya tratando sobre el romance, tenemos que recordar que, éste, no es más que un efecto de lo que gustamos llamar amor. Así, nos encontramos frente a algo, aparentemente, indomable, único, y bajo cuyo nombre pueden padecerse las más severas incomodidades.

Qué más romántico, que un lugar acogedor, con bonita vista, a media luz...

Qué, menos romántico, que una ciudad mal iluminada, sin veredas, sucia, con parques cerrados con candado por las noches, cuya muy hermosa vista se restringe por el balanceo de cables de electricidad mal instalados, paredes llenas de “artes urbanas”, esquinas cuyo hedor repele, borrachitos, vagos y mendigos por doquier.

Digo, que una vereda estrecha no hace a una ciudad más romántica. Digo, que ponerle un candado a un parque no hace a la ciudad más segura. Y digo que, en última instancia, lo que se busca es una ciudad que progrese, que mejore. Digo, que necesitamos modernidad y la reorientación del uso de los espacios “históricos”. Debemos abrirle paso a la modernidad, y dejar de ponerle nombres agradables a la mediocridad. Una vereda estrecha no es “acogedora”. Un callejón oscuro no es “romántico”. Un parque cerrado no es “seguro”. Postes llenos de cablería y luces que apenas iluminan no “dan un ambiente clásico”.

En nuestros tiempos, los actuales, es necesario competir: vender. Necesitamos ciudades prácticas, bien resguardadas, económicas, dinámicas, baratas y bonitas.

Se vuelve indispensable y urgente remodelar, reconstruir y reorganizar la ciudad.

Propongo algunas ideas: me encantaría un centro histórico “caminable”, sin SIMTEL y sin vehículos junto a las veredas; veredas mucho más amplias, soterramiento de instalaciones eléctricas, buena iluminación, plazoletas y callejones ocupadas con mesas de cafeterías, lounges y restaurantes. Me gustaría una ciudad que aplique políticas ecológicas y limpie sus ríos. Quisiera una ciudad que tenga una política de desarrollo REAL, que haya principios y lineamientos claros en los permisos de construcción, que obligue a todos a pintar fachadas y cerramientos.

Es urgente una zona comercial, una zona roja, una rosa y una residencial. Zonas, por ejemplo, donde no se permita lotes de menos de 500 metros cuadrados, donde puedan ubicarse construcciones residenciales de alta plusvalía. Zonas CENTRICAS, donde se permita la ubicación de bares y cafeterías (NO CANTINAS), donde uno pueda distraerse. Es estúpida la ordenanza que impide la instalación de estos lugares a 200 metros de escuelas e iglesias, en una ciudad donde hay tres iglesias y escuelas cada 100 metros.

Urge, a la par, reestructurar el sistema de manejo de aguas servidas, adquirir plantas de tratamiento de aguas, un parque lineal en las riveras del Cutuchi; luego de limpiar el Cutuchi, claro.

Es urgente reconstruir la ciudad. Y es notorio que, quienes quienes han estado hasta hoy en la administración, no tienen idea de cómo hacerlo.