Por:
Paúl García Lanas
En el primer plano que se conoce
de la vieja ciudad de Tacunga, en 1587 cuando era un tambo de vital
importancia para la Real Audiencia de Quito por la producción de sus
obrajes urbanos y rurales, se observa la traza urbana “dameral”
primitiva con una distribución espacial tal cual como ha permanecido
hasta la actualidad en sus espacios más importantes, es decir, en un
trazado que conserva los sitios donde están ubicadas las más
importantes edificaciones como iglesias, gobernación y residencias
de relieve como la del Marqués de Maenza, Manuel Matheu, en la
esquina de las calles Quito y Padre Salcedo, que hace 300 años era
la única construcción de tres pisos en la ciudad.
El espacio destinado a lo que
hoy ocupa el palacio Municipal de Latacunga era una residencia real
del Cacique Sancho Hacho de Velasco, años más tarde era la casa de
la familia Ramírez y Fita, donde nacería el afamado presbítero
Cayetano Ramírez Fita, quien formaría parte de la política y
Constituciones del siglo XIX, específicamente en la elaboración de
la primera en 1830 como lo testimonian los documentos respectivos,
especialmente la publicación del historiador Patricio Muñoz
Valdivieso en uno de los Boletines de la Academia Nacional de
Historia.
Siguiendo con el tema, a finales
del siglo XIX la propiedad privada central de la ciudad de Latacunga,
estaba muy bien distribuida, en base a su estructuración primitiva
ya anotada, al sur la Iglesia Matriz y el estanco “real”, al
norte las residencias de las familias Iturralde Irazabal, Maya
Naranjo y Rivas Gallo, al oriente las de las familias Ramírez Fita,
Vasconez Cuvi y Teran Arellano, al occidente, la citada casa que
fuera del Marqués de Maenza, en aquella época de la familia Pazmiño
Cardenas, junto a ella, el Asilo de Beneficencia “Estupiñán”,
hacia el sur la casa de la familia Narváez Vasconez y la Casa de
Gobierno que en el siglo XIX era el figón de la heroína Baltazara
Terán.
Se iniciaba el primer decenio
del siglo XX, y el Cabildo estaba presidido por el latacungueño
Angel Subía Urbina, quien fue motivado para hacer realidad la
construcción de una Casa del Cabildo, pues hasta entrado el siglo
referido, la casa municipal y/o parroquial estaba ubicada junto a la
hoy Curia Diocesana, es decir en la calle “Sánchez de Orellana”.
En Quito, estaba de “moda”,
por así decirlo un afamado profesional de la arquitectura, que era
catedrático en la Escuela de Bellas Artes llamado Raúl María
Pereira Alves, éste fue llamado por el Cabildo latacungueño para
que elabore un proyecto de un gran Palacio Municipal para la ciudad
de Latacunga, pero, quien era Pereira, sepamos algo al respecto.
Raúl María Pereira nació en
Portugal en 1876, estuvo en Ecuador para ser Maestro de la Escuela de
Bellas Artes, se casó en Guayaquil en 1914 con Elvira de Veintemilla
Vivanco, pariente cercana del ex Presidente Ignacio de Veintemilla,
cuando en Quito, Pereira planificó el actual Ministerio de Defensa,
que a inicios del siglo XX era el Palacio para la Exposición
Universal aquí desarrollada, fue un gran artista plástico, pues
retrató a 43 próceres de la Independencia de Guayaquil, retratos
que están ubicados en el Museo Municipal del Puerto Principal,
ciudad donde construyó la antigua biblioteca del Cabildo.
Partieron a Lima los esposos
Pereira Veintemilla, pues la familia de la novia tenía allí
parientes cercanos, fue allí diplomático y construyó varias
residencias hasta su fallecimiento en 1933. Una nieta suya, Mariel
Delucchi Pereira, visitó Latacunga hacia el año 2000, y se
entrevistó con el historiador Paúl García Lanas, quien le indicó
detalles documentales de la construcción del Palacio Municipal de
Latacunga, que a criterio de ella, es la construcción más completa
de las proyectadas por su abuelo, pretendía la señora Delucchi
escribir una obra histórica acerca de la vida y obra de su ilustre
abuelo.
Pereira fue contratado por el
Cabildo de Latacunga a mediados del año 1910 para que elabore el
proyecto del Palacio Municipal, cuando Pereira visitó esta ciudad,
se alojó, según el citado historiador García, en casa de la
familia Custode, a pocos pasos del parque central, se desconoce el
monto de la contratación, pues los folios correspondientes no se
encuentran en el archivo de la Secretaría del Municipio.
Sin embargo se sabe que se
contrató además al Ingeniero Federico Páez, quien fuera Presidente
del Ecuador en 1937, para que elabore los planos que le correspondían
a su profesión, es decir planos ahora llamados estructurales,
contratado Páez a un valor de 400 sucres (cuatrocientos sucres), se
sabe además que se pidió al constructor jesuita Pedro Bruning que
elaborara un plano para realizar la nivelación del suelo, pues, los
niveles entre la Plaza Mayor, hoy parque “Vicente León” y la
plazoleta “San Francisco” hoy plazoleta “Simón Bolívar” al
oriente, es muy diferente, la elevación de la segunda con respecto a
la primera es notoria.
Como Pereira partió a Guayaquil
y luego a Lima, éste dejó dibujados los planos originales en dos
grandes planchas de papel especial de elevado gramaje, trabajo
realizado en tinta china, a mano alzada y muy bien desarrollados,
planos que hasta hace pocos años se exhibían en la oficina de
planificación del Municipio de Latacunga.
Los planos corresponden a las
fachadas principal y posterior del Palacio, además las vistas de sus
espacios, muy bien distribuidos: adelante el patio, corredores y
oficinas, y en la parte posterior un gran espacio para un teatro, que
lamentablemente no se llegó a construir, pues para la época en que
se concluyó la primera etapa de la construcción, ya se pensó en la
construcción del teatro del colegio Vicente León, que, lo construyó
el arquitecto Augusto Ridder Ostman, quien fue, coincidencialmente el
que construyó la segunda etapa del Palacio Municipal, que
lamentablemente tuvo que ser modificado en su parte posterior, es
decir, no se llegó a hacer realidad el citado teatro.
El proyecto original consta de
un edificio neoclásico, con columnas corintias, arcos de medio punto
arriba y arquería románica abajo, nueve arcos al frente principal,
distribuidos en tres grupos de tres cada uno; hoy, la arquería sur y
norte consta de 16 de medio punto, en las fotos iniciales consta la
primera etapa de 8 arquerías, luego se construiría la otra mitad.
Lo que si consta en el proyecto original es una edificación sin que
se note la piedra pómez original, es decir, Pereira podría haber
planteado la edificación enlucida, sin embargo el haberle dejado en
piedra pómez tallada en estilo neoclásico, lo ha hecho único en el
mundo, pues resulta ser la construcción más grande del mundo
construida y ornamentada en esta piedra natural tan nuestra.
Dos profesionales de la
construcción construyeron el Palacio Municipal de Latacunga: el
agrimensor latacungueño José María Quevedo Maldonado y el
arquitecto alemán Augusto Ridder Ostman.
Pero porque fueron dos quienes
hicieron realidad la construcción, sepamos algo al respecto.
A finales del siglo XIX, José
María Quevedo Maldonado (nacido en 1854 en Latacunga) se habría
desempeñado como Jefe de Obras Públicas del Municipio, como tal
dirigió algunas construcciones en la ciudad, un ejemplo emblemático
es el lago “Ignacio Flores”, concluido en 1898, según informe
del citado Quevedo al Cabildo.
Fue agrimensor de profesión,
entonces se le pidió que haga realidad el proyecto de Pereira, así
lo hizo, y lo construyó con piedra pómez traída de las minas de
Isinche San Ramón, ubicadas en Pujilí, de la familia Bucheli
García, lamentablemente, Quevedo solo alcanzó a construir la
primera etapa del Palacio, que fue inaugurado en 1918, a poco
falleció Quevedo, y es entonces que se pensó poco tiempo después
en el arquitecto alemán Ridder. Hay que saber, sin embargo, que tres
nietos del agrimensor Quevedo Maldonado, han ejercido la arquitectura
e ingeniería: arquitectos Guito y Eduardo e ingeniero José
Meythaler Quevedo, artífices de la defensa del Patrimonio Cultural y
Edificado de Latacunga.
Ridder fue quien construyó la
quebrada de “Jerusalem” en Quito, el puente en la división de
las provincias de Pichincha y Cotopaxi y otras obras, además el
teatro, ya desaparecido, del colegio Vicente León, inaugurado en
1929.
Augusto Ridder terminó la obra
iniciada por el agrimensor Quevedo, que ya se mencionó tuvo que
hacer las modificaciones necesarias para no trabajar el teatro del
proyecto inicial de Pereira, por ello, en el patio posterior del
Palacio se observa un graderío “improvisado”, que además tiene
esta fachada tres pisos y cuarto con pequeñas oficinas que en los
años sesenta eran ocupadas por dos centros culturales y literarios.
En 1936 se concluyó la
totalidad de la construcción del Palacio Municipal, la primera
inauguración se la realizó el 24 de mayo de 1918, hubieron
festejos, desfiles y banquetes a las autoridades, la segunda
inauguración se efectuó en el citado año 36, que para esto ya se
había incluido el balcón en la fachada principal, fachada que ha
sufrido también modificaciones, pues si nos fijamos en las fotos de
los años 20 de la fachada, en la parte superior se observan
elementos decorativos como el cuerno de la abundancia, dos titanes
que sostienen un círculo para que allí se ubicara un reloj público,
dos cóndores, animales emblemáticos de nuestros países andinos,
además de ornamentos en la parte superior, todos tallados en piedra
pómez, que lamentablemente (todo el conjunto señalado) se fue al
suelo en un de los movimientos telúricos ocurridos en el centro del
país, especialmente los ocurridos en 1932 y en 1949, éste ultimo
ocurrido en Pelileo y que destruyó gran parte de las ciudades de
Ambato y Pelileo, en Latacunga, cayeron algunas torres de Iglesias
como San Francisco, Santo Domingo y la parte superior de las
ornamentaciones del Palacio Municipal de Latacunga como ya se indicó.
Lamentablemente, no se logró
reconstruir las citadas ornamentaciones en forma total, penosa
situación, pues parte de la identidad arquitectónica de la
edificación hace falta, mucha falta.
Interiormente, en los años 30
del pasado siglo, se pintaron dos murales (frescos) en las paredes de
los graderíos sur y norte del Palacio, donde se representan la
Justicia y la filantropía, ésta última representada por el Dr.
Vicente León.
Un detalle final que cabe
conocer, tiene que ver con la antigua Plaza Mayor, hoy parque Vicente
León: a finales del siglo XIX se iniciaron a trazar las “caminatas”
del parque central, con pequeñas columnas y una verja de hierro
forjado, en el centro se ubicaba una pila de piedra tallada barroca,
que hoy se encuentra en la plazoleta de Santo Domingo, y que se la
retiró para la ubicación e inauguración del monumento al
filántropo Dr. Vicente León en agosto de 1925, la cerca que hoy se
aprecia se trabajó hacia 1927 por el artesano Humberto Orrico
Andrade, por pedido del Municipio y diseño de Carlos Mayer, artista
quiteño que fue quien trabajó también el monumento citado en
Italia, a un costo final de 80 mil sucres.
A esta narración se adjuntan
algunas fotografías de planos antiguos de la ciudad y del Palacio
Municipal.