La nueva bomba local:
los Concejales suben el sueldo al Alcalde y, por ende, se suben sus
dietas mensuales. Además, se han propuesto eliminar su obligación
de trabajar ocho horas diarias y registrar su ingreso y salida de la
oficina. Es decir, eso es lo que están debatiendo.
Todo esto suena
alarmante. Parecería ser que, los encargados de la más compleja
obligación para con la ciudad quieren, en definitiva, ganar más y
trabajar casi nada. Eso parece, pero no necesariamente es así.
Me explico mejor: la
Ley permite un límite a la remuneración del Alcalde y Concejales,
dentro de ese límite, todo es bueno. Desde aquí, ya podemos
sostener que subirse el sueldo no es, bajo ningún parámetro,
ilegal. Ahora bien, trabajar ocho horas diarias es lo obligatorio
para todo empleado público y privado, pero, resulta ser que, lo que
hace un Concejal dentro de las instalaciones del Municipio es,
básicamente, sesionar. No queremos Concejales que estén reunidos en
sesiones ocho horas al día, cinco días a la semana, claro que no,
eso si sería perder el tiempo. Tampoco queremos que cumplan horario
de ocho a cinco, sino que trabajen el tiempo que sea necesario, sin
límites.
El problema real, para
quienes consideran que subirse el sueldo y bajarse las horas
laborables está mal, es que no confiamos en nuestros Concejales,
consideramos, por defecto, que son vagos y oportunistas. Siendo así,
¿por qué votamos por ellos?
El Concejal óptimo es
un ciudadano que vive de su trabajo privado, por lo tanto, no puede
pasar ocho horas encerrado en el Municipio. Este utópico Concejal,
dedica sus horas nocturnas y libres a ESTUDIAR los problemas de la
ciudad y estructurar sus propuestas de soluciones legales a esos
problemas. Luego de preparado este trabajo, lo presentará ante el
Concejo, donde los otros ediles harán sus valoraciones TÉCNICAS en
pro de potenciar la idea de quien la presenta en beneficio de la
ciudad y, estas reuniones no necesitan ser diarias ni durar más de
unas pocas horas, si se hacen con técnica y transparencia. Si
nuestros Concejales fueren como digo, no necesitarían estar en el
Municipio sino un par de veces a la semana, porque dedicarán sus
noches al trabajo por la ciudad. Este cansancio, este esfuerzo, bien
merece ser recompensado con el más alto precio que les permite la
Ley, porque, si así fuere, cualquier valor es poco para un trabajo
técnico y denodado.
Pero claro, suponemos,
por experiencia, que nuestros ediles no son como los que necesitamos.
Y, sobre todo, permanece la inicua idea de que, quien hace trabajo
intelectual, en realidad se pasa rascando y cobra por estar sentado.
El trabajo intelectual, bien realizado, es aún más costoso para el
trabajador que el trabajo físico, y debe ser muy bien remunerado,
siempre que sea muy bien realizado.
Insisto, como siempre:
no defiendo a nadie. Es solo que ya debemos dejar de escandalizarnos
por todo y ver las cosas desde una perspectiva más técnica y
pragmática.
Repito: no defiendo a
nadie. Solo digo, que debemos dejarles que ganen lo que se les venga
en antojo, siempre que esté dentro de los parámetros legales, pero
también debemos -si, nosotros, los ciudadanos- preocuparnos de
controlar -si, controlar- que el trabajo de nuestros elegidos sea del
mayor nivel.
En resumen: ¡cobren lo
que quieran, pero trabajen bien!