lunes, 6 de mayo de 2019

Juzgamos mal




Hace ya algunos días trascendió la noticia sobre una Juez, en Latacunga, que habría negado una orden de prisión al hoy prófugo y antes hombre fuerte del correato, Ricardo Patiño. Tras esta noticia, las redes sociales se incendiaron en contra de la Juez, a quien se tachaba de corrupta y negligente, entre otros variados epítetos. Incluso hubo quienes afirmaron que habría recibido la ridícula suma de medio millón de dólares a cambio de la libertad del político.

Y es que cuando somos anónimos, como es el caso del internet, somos muy atrevidos y decimos lo que sea. Y cuando no conocemos la realidad de las cosas, creemos y repetimos lo que sea. Ahora, entendamos como son en verdad las cosas.

Es así de sencillo: la Fiscalía puede pedir la detención con fines investigativos de una persona que, siendo necesaria para la investigación, se niega a colaborar con ella. Es decir, el o la Fiscal debe hacer los esfuerzos necesarios por obtener lo que necesita para su investigación, y solo cuando esos esfuerzos fallan, justificando sobradamente que no existe otra forma, puede pedir que se detenga a un ciudadano.

Para el efecto, el o la Fiscal a cargo debe evidenciar y comprobar certeramente que el requerido no colabora y que no puede ser traído a colaborar sin el apoyo de la policía. Y esto se llama DETENCIÓN, no PRISIÓN. Me explico: lo que se busca es ubicar al requerido, traerlo a la investigación y, luego de eso, liberarlo inmediatamente. No quiere decir, bajo ningún parámetro, que el requerido deba mantenerse privado de su libertad. Es decir, nunca se negó la prisión de Patiño, solo se negó a hacerlo detener para que colabore, porque aparentemente siempre estuvo colaborando.

Obviamente, debemos verificar que Patiño, en este caso, no colaboraba con la investigación. Esto es lo que la Fiscalía debía comprobar y la Juez debía analizar, nada mas. Pero resulta que Patiño había participado de la investigación por medio de sus abogados y que, en algún momento, él mismo pidió que se le permita acercarse a dar su testimonio. Esto es lo que la Juez valoró a la hora de juzgar. Para ella, el petitorio de la Fiscalía no tiene fundamento y, obviamente, corresponde negarlo.

Debo ser claro, no conozco personalmente a la Juez Benítez más allá de lo que mi profesión obliga. Simplemente estoy convencido que, así como alzamos la voz para reclamar, también hay que alzarla para defender las actuaciones correctas de funcionarios. Y esta, a mi criterio profesional, es una actuación muy correcta. No me gusta el resultado, no me gusta ver otro vinculado al correato eludiendo el sistema judicial. Pero más allá de que me guste o no, la actuación de la Juez es acertada.

Hoy, según dicen, la Juez va a ser investigada hasta el aburrimiento, como si fuera una vulgar delincuente. Me gustaría que también se investigara a varios Fiscales, cuyos actos riñen con criterios de objetividad. Así como muchos se preguntan por qué la Juez dejó ir a Patiño, yo me pregunto por qué la Fiscalía hizo un requerimiento sin la más mínima posibilidad de justificarlo.

Ahora, entendiendo las cosas, ustedes estarán de acuerdo conmigo que es más fácil creer que la Juez Benítez actuó conforme su criterio. Ella sabía que los medios y las redes sociales iban a estallar contra ella. Y aún así, hizo lo que consideró mejor. Para mi no es una cobarde que obedece telefonazos o que se amilana ante la crítica pública. Al contrario, es una Juez valiosa, de esas que hacen lo correcto, caiga quien caiga, y aunque la que caiga sea ella mismo.

No olvidemos la crítica que hacíamos al régimen anterior, la metida de mano a la justicia, funcionarios obedientes y sentencias dictadas en sabatinas. Hoy una juez actuó conforme su criterio profesional, fue leal a sus conocimientos. Hoy, aunque algunos hubieran querido ver en la hoguera al procesado, se aplicó la ley. Hoy, ella juzgó bien y nosotros juzgamos mal.