Mientras nos entretienen con las Mamas Negras, mil cosas suceden en
nuestra ciudad sin que ni siquiera nos hayamos pronunciado.
Igualito que cómo nos metieron la Cárcel, ahora pretenden lacrar
nuestra joya natural con un montón de torres y cables de alta
tensión. Tales armatostes no serían otra cosa que el monumento a la
estupidez. Recuerden: ya tenemos cárcel, ya nos excluyeron de la
E35, y ahora nos van a golpear justo en la única fuente posible de
ingresos: el turismo.
No podemos seguir callados, nos están acabando la ciudad.
No fue muy diferente lo que casi nos sucede con el tema de la
construcción del camal en Tilipulo. A cuenta de un pseudo progreso,
algunos infames, trataron de mancillar otra de nuestras joyas. Es
verdad, la hacienda Tilipulo no es funcional, y está abandonada;
pero una joya, aunque sucia y oxidada, no deja de ser joya.
Y esta batalla aún no está ganada, pues el uso de suelo de la
hacienda Tilipulo no parece estar suficientemente definido y, tal
parece, que sin una reforma legal importante que proteja a este
emblema histórico, no habrá manera de garantizar que la Hacienda
Tilipulo vuelva a su esplendor de siempre.
De las torres de electricidad nos ocuparemos durante la semana
siguiente, pero sin descuidarnos mucho porque esas torres nos ls van
a poner cualquier madrugada. Hoy es importante completar el esfuerzo
hecho por Tilipulo. Varias semanas, centenares de latacungueños,
cada uno desde su trinchera, hemos hecho esfuerzos por evitar el uso
industrial de los terrenos de la hacienda. Esta semana, un grupo de
muy preocupados Mashcas harán una propuesta al GAD Municipal de
Latacunga: que se declare a la Hacienda Tilipulo como una zona de uso
exclusivo ecológico y recreacional. Esta propuesta va acompañada de
cientos de firmas, que se han reunido durante las últimas semanas.
Si se logra, y solo entonces, podremos decir que salvamos a Tilipulo.
Gracias al Foro Latacunga por esta propuesta que, seguro, será
apoyada por cada uno de los latacungueños de corazón. Y, tenemos
fe, que será recogida por el GAD Municipal, en donde se forjarán
los instrumentos jurídicos necesarios para ratificar el actual
estado de búsqueda e identidad en que nos encontramos.
Luego, habremos de guardar fuerzas para lo que viene. La lucha por la
vindicación de lo que nos pertenece no ha terminado. Hoy, como
nunca, Latacunga ha renovado votos con el futuro. Hoy, como nunca, la
sociedad latacungueña es fuerte y más consciente de sus
atribuciones y capacidades. Hoy, como nunca, hemos vuelto a ser
dueños de aquello que nos quisieron desheredar.
Las torres de alta tensión no se harán en suelo de nuestro Parque
Nacional. De ellos depende el futuro turístico de nuestra ciudad, el
pan de nuestros hijos.
Es tiempo de dejarnos oír. No mas miedo: nos están destruyendo la
casa. O nos paramos o perecemos.