El jueves anterior tuve
la oportunidad de asistir a la Jocha de la Mama Negra 2014, Dr. Byron
Burbano. Para un Latacungueño como yo, el solo observar de lejos a
nuestra Baltazara es un hecho que conmueve. No puedo ni imaginar el
hermoso caos emocional que habrá y estará sintiendo nuestro actual
Mama Negra.
En ese acto, nuestro
Mama Negra, con la humildad que caracteriza a los hombres grandes,
aceptó que sus emociones, ingobernables a ese momento, le impedían
tomar la palabra de manera espontánea y, con la misma sencillez del
Mashca de valía, se permitió leer un texto que, seguramente,
preparó en algún momento en que su corazón le permitió el pulso
necesario.
“Yo soy Mama Negra -
inició - , traigo el rostro impregnado de tintes profundos de
mortiño, canela y cebada, llevo en cuerpo la fuerza telúrica de los
volcanes y la sangre rebelde del pueblo mestizo e indomable (...) soy
Mama Negra, mito, leyenda y alegoría...”
Oyendo esto, texto que
debe ser recuperado por la prensa local, quedé golpeado. Llevamos
años intentando encuadrar un nuevo concepto de latacungueñismo. Se
ha dedicado esta columna a buscar una fuerza inicial que permita
reconstruir dicha definición. Luego, pienso, que el latacungueñismo
es simple: la identidad se conforma de dos asuntos básicos, lo que
el pueblo es y lo que quiere ser. Desde aquí, digo yo, que mi mayor
aspiración como Latacungueño es, obviamente, ser Mama Negra.
Pregunten a cualquier Mashca de crianza, si prefiere ser Presidente
de la República o ser Mama Negra, y todos, sin excepción, se
decantarán por la segunda opción. Ahora bien, si todos los
Latacungueños aspiramos, como el que más, llegar a ser Mama Negra,
y la Mama Negra es lo que Byron Burbano ha expresado, por simple
lógica matemática, resolvemos que, todos los latacungueños
queremos ser lo que Byron dijo. Simple.
He aquí la identidad
del latacungueño: el latacungueño es Mama Negra.
Ahora hay que
reescribir, perfeccionar, sistematizar y socializar el texto
preparado por Byron. Hay que hacer lo necesario para que, mañana,
todos podamos decir, con lealtad y verdad: “Yo soy Latacungueño,
llevo en mi cuerpo la fuerza telúrica de los volcanes...”
Ya tenemos un borrador
de concepto de Latacungueñismo. Gracias a Byron Burbano. Utilicemos,
con su permiso, su texto, para formar el credo Mashca, hacer una
religión del Latacungueñismo, venerar a nuestra Baltazara como
símbolo de identidad de nuestra propia tierra, porque Latacunga es
como la muñeca: pequeña, mimada, vulnerable, hermosa; pero, en las
manos de su Mama Negra, se vuelve fuerte, mueve masas, se vuelve mito
y leyenda.
Ese es el símbolo: el
latacungueño aupando a Latacunga, como la Mama Negra carga a su
Baltazara.
Pasemos nuestra
infancia, acurrucados en nuestra madre Latacunga, pero pasémosla de
largo, para volver nuestras fuerzas, cuando adultos, a una Latacunga
baltazariana: hija de sus hijos.
Excelente, para propios y extraños algo de identidad, que mucho nos falta.
ResponderEliminarRecuerdos tus aspiraciones, lo estas materializando, felicitaciones.
Gracias Oswaldo por comentar. Esperemos que los latacungueños podamos reapropiarnos de nuestra ciudad. Un abrazo.
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