jueves, 14 de mayo de 2015

Cómo fabricar una ciudad.




Primero que nada, una ciudad no es una estructura de cemento; una ciudad es un concepto.

Los conceptos se construyen a partir de definiciones precisas de lo que se quiere significar a partir de una idea. En este orden, la idea “Latacunga”, ¿que significa, qué representa?. Una vez sepamos qué es lo que queremos representar a través de la idea “Latacunga”, debemos plasmar esas representaciones de forma organizada y suficientemente fácil de entender para todos. Luego, tenemos un concepto de “Latacunga”, y, ese concepto, puesto a la práctica, se convierte en lo que llamamos ciudad física o de cemento.

No se si me explico bien: una ciudad no es un conjunto de calles y casas más o menos organizadas alrededor de un parque. Una ciudad es un espíritu vivo, un concepto de vida y una forma de existir dentro de una Nación.

Ahí es donde nos estamos equivocando en la Administración de Latacunga. Tanto administradores como ciudadanos se entretienen en cómo reclamar y cómo hacer obras, mientras, entre puentes y bordillos, se pierde el verdadero concepto “Latacunga”. Y no estoy hablando de identidad, ni cultura, ni educación; ni siquiera de principios o valores. Estoy hablando, simplemente, de normas de convivencia.

Necesitamos un concepto claro de qué es Latacunga, cómo se vive aquí, cuáles son las normas de comportamiento que debemos tener, etcétera. La idea “Latacunga”, ¿viene con casas grises, blancas o de colores?, ¿tiene áreas de estacionamiento especiales?, ¿prefiere arquitectura incluyente?, ¿privilegia al peatón o al automovilista?, ¿propende a la construcción de casas o departamentos?, ¿como mira Latacunga a las mascotas y animales en general?, ¿queremos industria en Latacunga?, ¿cuáles son las políticas de transporte público, turismo, agua?...

Primero que nada, hay que hacer una lista enorme de preguntas, todas basadas en la convivencia diaria de los ciudadanos y las necesidades propias de las ciudades modernas. Como segundo paso, debemos responder esas preguntas. Una vez con las respuestas, las más simples posibles, las agrupamos según su temática. Con cada grupo de respuestas, nos avocamos a organizar políticas públicas locales, es decir, reglas generales sobre cada grupo de respuestas. Una vez con las políticas establecidas, es decir, con los principios generales y universales que regirán el concepto “Latacunga”, nos dedicamos a hacer un reglamento, igual, el más simple y lógico posible, para cada principio y, solo en los casos que sea estrictamente necesario, para alguna respuesta individual.

Adivinen qué: acabamos de hacer una ordenanza. ¿Ven? No es nada difícil.

Lo difícil es hacer entender al Administrador de turno, que no necesitamos “otra” ordenanza, sino una reconstrucción completa e integral de todo el sistema de ordenanzas de la ciudad: UNA RECOSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO “LATACUNGA”.

Nos seguimos atorando en reglamentar “X” o “Y” situación, creando ordenanzas nuevas atiborrando de basura legislativa los archivos oficiales. No necesitamos más ordenanzas, necesitamos la recomposición completa del sistema administrativo de la ciudad, pronto, urgente, emergente. El sistema está mal, y cuando la misma estructura es deficiente, los elementos que soporta tampoco pueden ser eficientes, aunque quieran.

El concepto “Latacunga” está perdido entre un mar de regulaciones caducas o confusas, que han permitido y casi auspiciado una ciudad gris y desordenada. Seguimos viendo casas en grises, lotes vacíos y, aveces, una que otra vaca o puerquito en las zonas supuestamente urbanas.
Construir una ciudad es fácil, relativamente: primero tengan claro el concepto, luego, hagan reglas en torno a ese concepto. Si lo hacen bien, la parte física se irá reacomodando casi y por sí sola.

Pero en esto último está la clave: háganlo bien, con técnica legislativa y jurídica, con buena fe y, sobre todo, con sentido común. El resto, cae por su propio peso.


2 comentarios:

  1. Estimado Patricio:
    Le saluda Leonardo Miño Garcés, ¿se acuerda de mí? Quiero felicitarle por este artículo, ni en libros de Urbanismo he encontrado un artículo tan claro y acertado; y eso que soy autor de dos libros sobre el tema.
    Felicitaciones. Espero que se difunda masivamente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Leonardo por haber seguido leyendo mi blog. Lo hago con mucho cariño y son, básicamente, editoriales que a su vez publico en La Gaceta de mi ciudad. Espero que le sea provechoso y agradable lo que aquí encuentre y, siempre que necesite, siéstase libre de citar o difundir.

      Eliminar