viernes, 3 de julio de 2015

CONTRATO COMPLEMENTARIO




En una radioemisora local se entrevistaba una administradora de turno, mientras se recibían llamadas en vivo para permitir las preguntas de rigor. Hago algunas anotaciones personales:

1.- Los administradores locales (algunos) no tienen idea de lo que están haciendo en sus cargos. Aunque los medios se esmeran en tener al entrevistado adecuado, éste no logra responder la expectativa de un oyente medianamente culto. Me queda la duda, si es que el/la superman de turno realmente es torpe, o si está terriblemente seguro de que todos los demás somos torpes y nos trata como tal. Para cualquier ciudadano informado, gran parte de lo que se dice es claramente falso o, al menos, equivocado. Merecemos información oficial fidedigna, confirmada y corroborable.

2.- Estamos copiando estrategias viciosas de manejo de los espacios mediáticos. Las llamadas al aire, de esta entrevista a la que me refiero, todas o casi todas, no eran sino para felicitar y agradecer al entrevistado, a sus estandartes, compadres y priostes. ¡Vergonzoso! Pareciera que ningún Latacungueño tuviera idea de una pregunta coherente. Claro, al intentar llamar al medio para preguntar alguito, toda comunicación se encontraba ocupada. Ahora bien, si casi todas las llamadas son del mismo barrio, a felicitar por la misma obra, de gente adulta y en horas de oficina, lo que a mi me parece es que esas felicitaciones no eran tan sinceras. Me parece mas bien, que algunos burropies y uno que otro cognado se dedicaron a saturar las líneas de comunicación con el medio radial, a fin de realzar las dubitables dotes del superman entrevistado y, de pasito, evitar que preguntas reales lleguen a ser públicas y evidencien (más) la ignorancia del preguntado. Horrible, además de la mentira (o error, demos el beneficio de la duda), tener que aguantar a un puñado de anónimos zalameros que no hacían sino restarle aún más a la imagen de la entrevistada ante cualquier oyente culto.

3.- En toda la entrevista escuché varias veces que, en diferentes obras, habría que hacer “contratos complementarios”. Pero, ¿qué es un contrato complementario? Pues simple: es un segundo contrato que se hace sobre la misma obra, para realizar ciertas tareas que resultan ser nuevas e indispensables para el cabal funcionamiento de la obra principal. Es decir, por la complejidad de la obra, se determinan requerimientos adicionales o diferentes a los originalmente presupuestados y como no puede modificarse el contrato principal, se hace otro llamado complementario. Lo dicho: “por la complejidad de la obra”. Pero escucho que, en mi Latacunga, una gran cantidad de obras van a salir con contratos complementarios. Pregunto: ¿dónde estamos construyendo la nave espacial?

Con esta contratación complementaria puedo disponer hasta del 70% del monto del contrato original; es decir, puedo llegar casi a duplicar el valor de la obra. Si se hace bien, sirve para salvar eventualidades típicas de construcciones complejas; pero si se hace “mejor” sirve para salvar las eventualidades económicas del contratista. Roguemos que estos contratos complementarios de que han tratado en la radio sean a bien de la ciudad. Normalmente, para obras de relativamente pequeña envergadura, como son las pocas que se ven de esta administración, no debería haber mucho contrato complementario. O las obras son enormes, o los contratos están mal hechos o la fiscalización no funciona; pero no puede solucionarse todo con contratos complementarios.

Nos encantaría considerar que todo lo que escuché se debe solo a una ligereza o error de la persona entrevistada. Nos gustaría creer que esta persona estaba nerviosa o, incluso, que no contaba con la información real en sus manos. Pero, en todo caso, y mientras no se nos permita información oficial a la ciudadanía (que nunca se encuentra accesible), nos tocará quedarnos con la duda de si algunos problemas de Latacunga son asunto de corrupción o de simple incompetencia.

Para dilucidar esta duda, vecino, deberemos dedicarnos un poco más a estudiar el funcionamiento de nuestra ciudad. Es momento de interesarnos realmente por lo que pasa en la caja de cascajo.

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