miércoles, 24 de octubre de 2012

Éxodo profesional

Encuentro, en mi Lata, pocos profesionales de alto nivel. Me refiero, en general, a todas las áreas.

No digo que no los haya, afirmo que no los hay de alto nivel. Tampoco critico las aptitudes de los profesionales que tenemos en la ciudad, sino que, veo y escucho, que la gran mayoría de necesitados de asesoría, la buscan en Quito y/o Ambato.

Como profesional independiente, me molesta, porque frecuentemente atiendo clientes que buscan "una segunda opinión", luego de no tener los resultados esperados con profesionales de mi sector de las ciudades antes mencionadas. Me molesta más, cuando, al conversar el triste tema de honorarios, la mayoría de mis clientes encuentran, mis servicios, caros. Algunos desconfían por verme medio jovencito; otros, más directamente, indican que el doctor fulanito cobra una fracción de lo que pido, algunos de estos fulanitos, casi regalando el trabajo y deteriorando la profesión.

Pero más me molesta, profesional y personalmente, cuando los clientes me indican que no pueden pagar mis honorarios porque están desfinanciados, pues al doctor fulanito - de Quito -  ya le tienen cancelado varias veces la suma que yo solicito.

Caigo en mi propio pecado: muchas veces he buscado profesionales de otras ciudades, para asesorarme o suplir mis requerimientos de servicios.

¿Por qué desconfiamos del profesional local?

De otro lado, al dejar el servicio público, me di cuenta que el mercado de lo servicios que ofrezco estaba sobrepoblado y subestimado. Porque soy de Lata, me quedé, pues, aunque tenía propuestas en la capital, preferí quedarme y edificarme en mi propia ciudad.  Pero, la realidad es que, la mayoría de los jóvenes profesionales de valía que salen de nuestra tierra, nunca regresan.

Es de locos, en serio, y no solo para los abogados, sino para diseñadores, músicos, arquitectos, ingenieros y demás; es de locos, digo, ver cómo muchos vecinos de Lata esquivan nuestros servicios, por considerarlos caros, y se van a otras ciudades a pagar mucho más por servicios de menor calidad.

Es indispensable y urgente repotenciar el mercado de servicios en Lata. Es emergente, también, aumentar la competencia sana, brindando servicios de alta calidad, a fin de que, quienes cobran poco y trabajan mal, se queden pronto sin clientes.

Los jóvenes tenemos la clave: aprendimos otras formas de trabajo, entendemos la tecnología en boga, estamos aún abiertos a los cambios en nuestras ramas y aún nos mostramos curiosos de experiencias y saberes. Los jóvenes debemos, entonces, elevar el nivel de nuestras áreas profesionales, EN LATA, no fuera de ella.

Los jóvenes tenemos la obligación de mejorar Lata. Que se lea bien: OBLIGACIÓN.

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